"El 28 de julio de 2010, a través de la Resolución 64/292,
la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el
derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que un agua potable
limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los
derechos humanos" (2010, ONU).